Todos los finales de año son mágicos para mi, remato la temporada con las postbodas internacionales sorpresas. Siempre he dicho que tiene un encanto único no saber donde viajas, una aventura en todo su apogeo….. en este caso prefiero dejaros con el texto de la novia hablandoos sobre su postboda.
“Ya lo dijo Lao-tse: un viaje de mil millas comienza con un primer paso. Éste empezó allá por febrero cuando Jose Bernal, nuestro fotógrafo y ahora amigo, nos propuso a Juan Diego y a mí hacer una postboda “de las suyas”, que escapaba de todo lo que habíamos visto hasta el momento: una postboda internacional sorpresa. De este modo, pasaron nueves meses de intensa espera, intriga, nervios, mensajes… sin saber cuál iba a ser nuestro destino. Encargándose Jose de todo, sucedió que nos levantamos un miércoles en Málaga y el jueves estábamos paseando, yo con mi vestido de novia, por los lugares más emblemáticos de New York, con la sorpresa y mensajes de enhorabuena de los viandantes. Nos acompañaría también en esta travesía su colega y amigo Serafín Castillo quien nos brindó asimismo con sus fotografías y sus inmejorables servicios de “sherpa” oficial de la expedición. ¡Jajaja! ¡Cuántas anécdotas!
Uno de los mejores momentos fue en el aeropuerto de Zurich, donde Jose nos tenía convencidos de que íbamos a coger el coche de alquiler para iniciar una ruta por aquellas tierras, cuando realmente lo que hacíamos era correr hacia la puerta de embarque en dirección a la Gran Manzana. ¡Qué carita se nos quedó! Otro momento: cuando Jose nos hizo posar en medio de Times Square, interrumpiendo el intenso tráfico de los yellow taxis. O el mágico instante en la terraza del edificio Rockefeller, con la imagen del Empire State como testigo de las fotos. O la larguísima caminata por Central Park. O cuando cruzamos el puente de Brooklyn. O el paseo en ferry hasta Staten Island, con la vista puesta en el skyline de Manhattan y en la estatua de la libertad. O las risas en el metro… Resulta imposible elegir un momento en concreto cuando todos ellos fueron inolvidables.
El viaje termina. Mezcla de tristeza y felicidad a partes iguales. Y es que este viaje permanecerá en nuestras mentes para siempre. No sé quién dijo que una vez que viajas, la travesía nunca termina, sino que es recreada una y otra vez a partir de vitrinas con recuerdos. Esas vitrinas serán sin duda las magníficas fotos de José y Serafin. Porque un viaje se mide mejor en amigos que en millas, éste sin duda, ha tenido de ambos. ¡Te echaré de menos!”
Gracias AMIGO por acompañarme en esta nueva aventura
Santi Veiga
Maravilloso trabajo, de gran calidad e impacto visual, con buena luz, detalles y momentos de pareja preciosos, enhorabuena !!!